Así es como el brillo llega a los calendarios de adviento.

¿Qué no puede faltar en un calendario de adviento para la mayoría de las personas? ¡Correcto! ¡Brillo! Porque es el brillo lo que realmente hace que el calendario de adviento sea navideño.

¿Alguna vez se ha preguntado cómo llega el brillo al calendario de Navidad? En la editorial Richard Sellmer hay calendarios de adviento con brillo desde hace casi 80 años. En tiempos pasados, el brillo se aplicaba a mano. El calendario de adviento, al que ya se le había aplicado pegamento, pasaba por una cinta transportadora. A un lado de la cinta estaban los empleados con recipientes de brillo frente a ellos. Se tomaba uno de los calendarios de la cinta y se tenía que pasar una vez por el recipiente, y ya brillaba con un resplandor navideño.

Con pedidos cada vez mayores, se volvió cada vez menos racional aplicar el brillo de esta manera. Simplemente tomaba demasiado tiempo. ¡Ahora el buen consejo era caro! Porque no había una máquina de brillo en el mercado. Pero, ¿qué sería de un inventor suabo si se dejara desanimar por eso? Tim Sellmer, el hijo del fundador de la empresa, reflexionó, inventó y construyó, y pensó: ¡el hombre lo hace por sí mismo! Y así, en los años 70, desarrolló y construyó él mismo una máquina así sin dudarlo.

Y desde entonces, la buena máquina funciona (casi) siempre de manera confiable y da a nuestros calendarios de adviento el último brillo navideño. Admitimos: la maquinita ya tiene sus años y de vez en cuando hay que hacer reparaciones. Pero incluso hoy en día, es difícil encontrar una máquina de brillo que pueda aplicar brillo en grandes cantidades a nuestros calendarios.

Así que la buena máquina es cuidada y mantenida y, después de más de 50 años, está casi a diario en uso para usted. ¡Y esperamos y deseamos que siga cumpliendo fielmente su servicio durante muchos, muchos años más!

Para que pueda hacerse una idea de cómo trabaja la máquina de brillo, le hemos preparado un pequeño video: